
La Casa
La casa
Incluso en medio de un ajetreado agosto, en esta finca se goza de absoluta privacidad y es ideal para desconectar, relajarse y disfrutar de la naturaleza que entra a raudales por las ventanas. La casa está completamente equipada para pasar unas perfectas vacaciones y cuenta con varias zonas de estar, algunas interiores y otras exteriores, en el jardín.
La casa principal tiene cuatro dormitorios (dos de cama matrimonial y dos de dos camas), una hermosa cocina, un comedor con amplia mesa y dos salones de estar, además de un balcón que da al mar y dos baños completos y ducha independiente.
En la casa hay menaje, ropa de cama y toallas para toda la estancia. Todo hace que sea el lugar perfecto para disfrutar de unas maravillosas y tranquilas vacaciones.
Algo de historia
La Casa de Rodiles es un proyecto muy personal de nuestros padres… Allá por los años 70, en una de sus habituales visitas a las playas asturianas, con una recua de hijos cada vez más numerosa, se enamoraron de este rincón desde donde se ve el mar, situado junto a una de sus playas preferidas, la playa de Rodiles, y en medio de maizales, de pequeños cultivos, de vacas pastando y vecinos segando y… ¡sin una sola casa a la vista! Aquí, poco a poco, año tras año, con mucho esfuerzo, trabajo y grandes dosis de entusiasmo, fueron creando su proyecto personal, primero para alojar durante el verano a una familia numerosa, pero bien avenida, y luego para ir dando cobijo a nuevas parejas, y a todos los nietos y nietas que fueron llegando y fueron creciendo juntos, disfrutando de unos veranos inolvidables.
Y así, primero sólo había una panera en la que vivíamos todos y luego una pequeñita casa albergando una habitación y un servicio y luego ya se construyó la casa principal, dibujada personalmente por nuestro padre con el típico estilo de las casonas asturianas con mucha madera y amplios espacios comunes, y pensada para disfrutar del verano, de las vacaciones, del entorno, de la buena compañía y del paisaje... ¡y eso se nota!